Ha habido un antes y un después de las elecciones americanas en materia de expectativas para América Latina. La región estaba evolucionando de forma satisfactoria en los 3 primeros trimestres del año y recibía notables flujos por parte de los inversores. Pero el nombramiento de Donald Trump como próximo Presidente de los Estados Unidos ha abierto un nuevo período de incertidumbre hasta que se conozca con exactitud el alcance real de los cambios que la nueva Administración va a impulsar especialmente en lo que respecta a las relaciones comerciales entre países.
En ese sentido, reconozcamos que esta mayor incertidumbre ha provocado la congelación de los programas de inversión, y ha puesto en alerta a los agentes económicos que guardan relación con las regiones afectadas, muy especialmente las emergentes. Por desgracia, México ha sido el país más afectado por las amenazas de Trump.
No obstante, los mercados ya parecen haberse anticipado a este 'peor escenario' para México por lo que, de no concretarse dichas medidas, esto podría suponer una gran oportunidad para los inversores.
Obviando la necesidad que existe de compensar la exposición a Estados Unidos a través de mayores esfuerzos comerciales con el resto del mundo, quiero resaltar que la situación de Latam ha mejorado notablemente en los últimos meses. Un mejor entorno en los mercados de materias primas, una mayor estabilidad política, y una mayor confianza por parte de los inversores han permitido que ésta sea la región más rentable en lo que llevamos de año.
Este año hemos visto a Brasil superar las expectativas a pesar de la importante recesión a que se enfrenta el país (la peor de las últimas 8 décadas), a Chile repuntar su crecimiento en el tercer trimestre, a Perú digerir un cambio de gobierno muy aplaudido por los mercados, y a Colombia afrontar el trascendental acuerdo de Paz que mantiene aún en vilo a la sociedad del país.
Impulso de las Infraestructuras y subidas tipos en USA
El 'efecto Trump' no solo consecuencias negativas sino también otra serie de efectos positivos. El crecimiento y la inflación esperados, que generen las nuevas políticas no deberían dejar indiferente a América Latina. A menudo, el continente más beneficiado por un mayor crecimiento global suele ser el continente sudamericano.
Es verdad que se ha hablado mucho de ese programa de infraestructuras de dimensiones siderales, que no podría llevarse a cabo sin la mano de obra adecuada y sin los materiales necesarios, de manera que el efecto en países como Chile, Perú o México puede ser muy intenso.
Por otra parte, los mercados de deuda han puesto rápidamente en precio el nuevo escenario lo que ha originado un incremento en las pendientes de tipos de interés del dólar. Aquí tenemos un efecto que debería ser transitorio por cuanto no esperamos que los tipos se disparen sino que confiamos más bien en una normalización gradual que va a ser fácilmente superable dada la buena salud en general de los balances de las compañías latinoamericanas.
Oportunidades en Brasil
Brasil, por su parte, tiene por delante un camino difícil hasta la completa recuperación. La necesidad de dolorosas reformas en su economía que necesariamente pasa por políticas más restrictivas dificultarán de alguna manera la salida de la recesión. Sin embargo, la implementación de estas medidas junto con el oportuno cambio de gobierno, están mejorando notablemente la confianza en que esto ocurrirá, lo que constituye una oportunidad para los inversores, que ya se ha reflejado en el intenso rebote del mercado brasileño (más de un 40%, casi un 70% en euros).
Sin embargo, el 'reflation trade' propiciado por las elecciones americanas ha seguido el mismo patrón en el mercado brasileño donde compañías tradicionalmente defensivas han sufrido severos recortes en las cotizaciones que suponen un punto de entrada muy atractivo para los inversores. Compañías eléctricas o utilities, inmobiliarias, retailers, o empresas de consumo se han visto penalizadas en detrimento de mineras, energéticas o compañías bancarias. Es momento por tanto de aprovechar, para comprar estas compañías mucho más seguras con descuentos que alcanzan entre el 15%-20%.
En conclusión, el próximo ejercicio estará lleno de retos. Pero creemos que el punto de inflexión que hemos visto en 2016 va a tener continuidad, fruto del mejor entorno en materias primas, de la mayor estabilidad política y de un buen manejo de las políticas económicas. Las oportunidades se encontrarán sobre todo en renta variable (más actividad económica, más beneficios futuros, mejores cotizaciones). En renta fija el escenario es más complejo, debido al cambio de ciclo de tipos en ciernes (subidas de tipos para luchar contra la inflación, mantener el atractivo relativo frente a la deuda en dólares, etc.), recomendamos posiciones con plazos de vencimiento reducido y en compañías con Grado de Inversión.
D.Alejandro Varela Sobreira
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