Opinión 02 septiembre 2015

China tiene capacidad para provocar mucho ruido pero no descarrilará la tesis de inversión en renta variable

El mes pasado hacía referencia al riesgo de China como el que más me preocupaba para el futuro más predecible, y durante todo este mes prácticamente no ha habido otra palabra más escuchada en los mercados financieros que la de "China". Agosto se ha "llevado" prácticamente toda la rentabilidad positiva de las bolsas que llevamos en 2015.

Los datos macroeconómicos y señales monetarias provenientes de China están preocupando a los mercados financieros y es difícil saber cuál puede ser la repercusión real en las economías desarrolladas de una desaceleración más acusada de la prevista en China.

La corrección del mes de agosto está siendo justificada por los miedos a una desaceleración en China y a los países emergentes y sus posibles implicaciones en las economías desarrolladas. Estos temores están provocando que el mercado intente descontar una recesión global, que en mi opinión son prematuros en el mejor de los casos.

Los medios de comunicación se están haciendo eco del paralelismo de esta crisis de los países emergentes, con la acaecida en 1998. En 1998, las bolsas corrigieron más de un 20% en apenas 3 meses, si bien es cierto, que a los 20 meses las bolsas estaban un 60% por encima alimentadas por la burbuja tecnológica y de las telecomunicaciones.

Es cierto que hay ciertas similitudes, pero existen importantes diferencias como que el estado de las cuentas públicas hoy en día en la mayoría de los países asiáticos, están mucho más saneadas que a finales de los '90 que les permitirán acometer políticas fiscales acomodaticias. También es importante destacar que la mayoría de las divisas de países emergentes fluctúan libremente, por lo que su depreciación jugará a favor, desestresando la situación a través de una mayor competitividad. Por el lado negativo, las economías asiáticas emergentes representan hoy en día más del 20% del PIB mundial, mientras que a finales de los '90 representaban menos de la mitad que en la actualidad.

Aun reconociendo que los riesgos al crecimiento mundial incrementan sustancialmente con una China en debilidad, sigo pensando que las correcciones actuales son una buena oportunidad para incrementar exposición a renta variable. Mejor comprar la bolsa europea cuando cotiza a 4% de rentabilidad por dividendo, que cuando está un 20% más caro como hace 3 meses.

Los mercados bajistas vienen acompañados o anticipan recesiones, si no hay recesión, los mercados recuperan las correcciones a la misma velocidad que cuando las bolsas caen. Es cierto que China y el resto de países emergentes añaden un riesgo que antes no existía al crecimiento global, pero creo que es prematuro hablar de recesión actualmente. Actualmente los datos más débiles de la economía China vienen reflejados por los datos manufactureros e industriales, pero parece que el mercado pasa por alto que los precios inmobiliarios llevan 3 meses consecutivos estabilizándose y subiendo en precio, que las condiciones monetarias y financieras están siendo por fin expansivas, y que el sector de servicios está firmemente acelerando su crecimiento.

Algo más del 10% de las ventas y los beneficios de las compañías europeas provienen de las economías asiáticas, habiendo mucha diferencia de exposición a nivel sectorial (recursos básicos, consumo estable y tecnología son los sectores que mayor exposición tienen a Asia sobre el total de sus ventas) y también a nivel de empresas. Ante este escenario, tiene sentido buscar empresas europeas cuya exposición a los países que centran la crisis asiática actualmente, sea menor.

Por último, pero muy importante también, hay que resaltar que con la mayoría de las empresas europeas habiendo presentado ya los resultados del primer semestre de 2015, éstos han vuelto a sorprender positivamente. Los beneficios de las empresas europeas, excluyendo Gran Bretaña, han mostrado un crecimiento de casi el 20%, y eso que los sectores dependientes de los precios de las materias primas han caído más del 30%. Sin la caída del precio de las materias primas, estaríamos hablando de un semestre de crecimiento de los beneficios histórico.

En conclusión, las valoraciones empresariales, el ciclo de la macroeconomía europea, los bajos tipos de interés y el excesivo pesimismo de los agentes financieros, presagian, en mi opinión, un rebote de las bolsas mayor que la corrección que estamos viviendo en las últimas semanas, por lo que incrementar la exposición en renta variable en las correcciones que podemos vivir en el corto plazo debido a la crisis financiera y de confianza proveniente de China y de los países emergentes, se antoja la estrategia a seguir.

D.Javier Galán Parrado
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