Opinión 04 julio 2012

Avance de Europa pero se necesita más, por Javier Galán

Las bolsas acabaron la primera parte del año con rentabilidades más lógicas de lo que parecen. Las economías más presionadas por su situación nacional (España, Italia) han acabado el primer semestre con caídas en sus principales índices de referencia superiores al 16% en el caso del Ibex 35 y del 5% en el caso del MIB Italiano. Economías con mayor crecimiento (Alemania, EEUU) acabaron con rentabilidades positivas del 8% en el caso del S&P 500 y del 9% en el DAX alemán.

El final del mes de junio y la "sorpresa" positiva en las conclusiones políticas del European Summit maquillaron de alguna forma el dramático comportamiento de los índices europeos particularmente. Pero, ¿qué ha sorprendido tanto al mercado? En general, las conclusiones de la cumbre europea son una declaración de intenciones en frentes muy relevantes del sistema financieroeuropeo. El objetivo primordial era la reducción de las tensiones financieras e intentar desconectar el problema de apalancamiento del sector bancario europeo, de la deuda soberana de los países con ayudas financieras.

El primer gran paso ha sido el incremento de la flexibilidad de los fondos de rescate europeos (EFSF/ESM) para que puedan comprar deuda soberana en el mercado y estabilizar el tipo de interés exigido a los países con mayor tensión en su curva de tipos (España e Italia fundamentalmente).

El segundo gran paso es la autorización europea al ESM para recapitalizar los bancos directamente y así evitar que sea el balance de los presupuestos de los estados, los que soporten el incremento de la deuda provocada por los rescates del sector bancario. El efecto inmediato es que, por ejemplo, España no va a ver incrementada su deuda en un 10% sobre su PIB por el rescate de 100.000 millones de euros de su banca.

Y el último gran paso es la creación de un mecanismo de supervisión bancaria europea, como paso previo a la unión bancaria que el mundo financiero estaba pidiendo a gritos, dando más poder al BCE a la hora de actuar en los balances de los bancos.

Sinceramente, aunque me parecen buenas intenciones, el motivo de la explosión bursátil del último día del mes de junio, motivada por las conclusiones del EU summit, vienen determinadas más por las bajas expectativas que tenía el mercado en cuanto a la consecución de ciertos objetivos, que por la solución real de los problemas que acechan a los países europeos. Desde mi humilde punto de vista, se ha conseguido ganar algo de tiempo, pero el mercado interbancario sigue roto, las primas de riesgo de los países europeos miembros siguen arrojando diferencias insostenibles y el crecimiento europeo va a seguir siendo anémico si no negativo.

Sigo insistiendo, que las dos únicas formas de atajar la crisis de deuda soberana pasa por una de corto plazo que es un Quantitative Easing europeo con el que se reduciría drásticamente el tipo de interés exigido a la emisión de deuda de los países con déficits insostenibles; y una solución de largo plazo que pasa por la adecuación de los ingresos y los gastos públicos, es decir, muestra de datos reales de equilibrio presupuestario y reactivación económica de países en el ojo del huracán (Grecia, Portugal, Irlanda, España e Italia).

 

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