Opinión 06 septiembre 2012

Algo tiene que cambiar, por Óscar Moreno

Que la situación económica española macro y sobretodo micro es muy delicada es algo conocido por todos, lo que quizá no es tan conocido es la repercusión que tienen en las grandes empresas como consecuencia de esta crisis.

Imagínese el lector la siguiente situación real, dos o tres empresas (cualquiera que sea su sector) acuden a un proyecto y lógicamente tras presentar los aspectos puramente técnicos han de adjuntar un proyecto económico.

Las diferentes empresas a la hora de hacer sus "números" han de ver los ingresos derivados del proyecto y sobretodo en estos tiempo, los costes, dentro de estos estarán los costes del desarrollo del proyecto y los costos financieros.

Dejando aparte los costos del desarrollo del proyecto, incido en los costes financieros, en este apartado o bien se recurre a recursos propios (en estos momentos más bien poco) u otras veces se recurre a financiación. Pues bien estos días varias empresas que hacen frente a diversos proyectos han recurrido a la financiación de terceros para ver cuál serán sus costes de financiación.

Vamos al ejemplo real. La empresa A obtuvo financiación en el mercado a un plazo de 5 años a un tipo de interés del 5,81%, la empresa B ha obtenido dinero a 10 años a un tipo de 2,59% y una tercera empresa C opta por sus propios recursos con un coste aproximado a 5 años de un 1,65% anuales todos ellos. Las diferencias son notables y en un entorno donde los márgenes empresariales (al contrario de lo que piensan los políticos) son cada vez más exiguos, la financiación es motivo por lo que se deciden muchos proyectos.

Los porqués de esa diferencia los podríamos encontrar en el tipo de empresas de las que hablamos, pero no es así, otra posibilidad la encontraríamos en el estilo de negocio y en esta caso tampoco son tan diferentes, así podríamos buscar aspectos diferenciadores que no nos llevarían a un conclusión determinante, hasta que vemos dónde están ubicadas sus sedes.

Así vemos como la empresa A está ubicada en España, la empresa B en Francia y la C en Alemania, he aquí el aspecto diferenciador. A pocos minutos para que el presidente del BCE de a conocer su medidas, entendemos que todas deben ir encaminadas para que estas diferencias entre empresas "similares" sean menos acusadas y por tanto estas y otras muchas empresas, puedan pujar por proyectos en parecidas condiciones. En definitiva que los tipos de interés se reduzcan y empiece a fluir el crédito.

Como hemos visto días atrás la compra de Bonos ha sido positiva para la economía de EE.UU (rebaja los tipos de interés de los plazos de la deuda con vencimiento más alejados, ha llevado a más consumo, inversión y lo más importante ha generado más EMPLEO) esperemos que por fin y de manera decidida el BCE se decida a comprar deuda de países con problemas para financiarse.

Si esta fuera la primera de las piedras para cambiar la actual situación le daríamos la bienvenida, pero algo más debería cambiar sustancialmente, en nuestras administraciones para que el túnel al menos tenga una luz aunque sea todavía muy lejana.


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