Amigos, familiares, compañeros y desconocidos me han preguntado estos últimas días, bastante alarmados, si España está tan mal como para necesitar tomar las medidas de ajuste presupuestario y de recorte de derechos sociales y económicos como los que estamos teniendo en los últimos meses.
Mi respuesta a día de hoy está siendo: "sí, imprescindibles, pero sería mejor recortar gasto no productivo y subvenciones que bajar sueldos y subir impuestos".
El 60% del PIB español está explicado por el consumo privado, y éste está siendo "torpedeado" con subidas de impuestos tanto directos como indirectos que merman el poder adquisitivo de los españoles y acentúan la caída del consumo y por ende del empleo y el crecimiento económico.
La sociedad no se siente culpable del disparatado incremento del gasto público en la última década, como explicó Jesús Sánchez Quiñones en uno de sus últimos artículos. Y, sin embargo, somos los que estamos soportando el mayor peso de las medidas para solventar la desmedida diferencia entre los ingresos públicos y los gastos públicos.
En mayo escribí un artículo haciendo referencia a que los recortes del gasto público eran necesarios y que se estaban centrando en las partidas más grandes de los presupuestos generales del estado (sanidad, educación y sueldos de funcionarios) por ser los más sensibles. Pues bien, la semana pasada el gobierno aprobó otro paquete de medidas de ajuste económico, muy severo. A modo de resumen: el gobierno va a incrementar el IVA al 21% desde el 18% para recaudar más y fomentar aún más el fraude fiscal. El gobierno va a recortar prestaciones por desempleo, seguir bajando el sueldo a los funcionarios y eliminar la deducción por compra de vivienda para gastar menos.
Medidas que están incrementando el malestar social. Aunque es evidente que tanto los ingresos como los gastos públicos deben ajustarse hasta llegar al equilibrio, el pueblo no entiende que más de 400.000 políticos en España no hayan sido capaces de prever la crisis, ni tomar decisiones para sacarnos de la misma (¿para qué tantos asesores?). Más si cabe, cuando son los políticos los que, bien por acción o por omisión, nos han metido en una de las peores crisis de la historia. Mientras que el gobierno pasado de Zapatero permaneció inmóvil y más preocupado por esconder la crisis a la opinión pública que por gestionarla, el gobierno actual está pecando de hiperactivo, alimentando la desconfianza, tanto a nivel empresarial como del consumidor.
En Alemania hay una tercera parte de políticos que en España para casi el doble de población. Pues está claro que quedándonos con 100.000 políticos los españoles nos ahorraríamos una elevada cantidad de impuestos, más de 10.000 millones de euros si asumimos que cada político nos cuesta de media 30.000 euros al año (y posiblemente me quedo corto). 10.000 millones es la bajada de sueldo de los funcionarios más la subida de los tramos de IRPF a los asalariados. Es decir, 20 millones de españoles podían haber mantenido sus sueldos, tan solo reduciendo el número de políticos que hay en nuestro país.
A nivel económico es muy relevante, pero a nivel de imagen es más importante. Antes de subir impuestos y bajar sueldos, ¿por qué no dan ejemplo los políticos de este país con medidas de ajuste de gasto en políticos? ¿Acaso no es más justo que los que han tomado tantas decisiones equivocadas en los últimos años, sean los primeros en "pagar el recibo" de la crisis en las que ellos mismos nos han metido por acción u omisión? La sociedad se enfada porque no se considera culpable, y a aquellos a los que considera culpables, no están soportando un mayor peso de las medidas de ajuste.
Después está el tema de los problemas del sector financiero español. La mayor parte de las entidades financieras intervenidas o con necesidad de ayuda financiera son cajas de ahorros, es decir, entidades dirigidas por los gobiernos autonómicos, políticos también.
Es evidente que el gasto público que existe en España a día de hoy hay que reducirlo, y creo que los españoles lo tenemos bastante claro, pero las medidas de ajuste están siendo poco ejemplares. Volvemos a ser los asalariados los que soportamos, vía impuestos, los errores políticos y económicos de los últimos años.
También creo que la sociedad demanda un mayor control del fraude existente en España. Parece que el gobierno actual quiere ponerle cerco, pero da la sensación que no sabe cómo, porque no hay medidas concretas. Yo prohibiría el dinero en efectivo para que todo se tuviese que pagar con tarjetas, transferencias o cheques y así que cualquier transferencia monetaria estuviese controlada y no hubiese cobro sin factura. A lo mejor, si eliminas el fraude fiscal, no hace falta incrementar el IVA, ni subir el tipo marginal y puedes tomar medidas de incentivo empresarial y de creación de empleo.
¿Cuánto nos cuesta a los españoles mantener la España de las Comunidades Autónomas? ¿Cómo puede ser que algunas CCAA mantengan embajadas en el extranjero mientras bajan el sueldo a sus funcionarios, suben impuestos a sus habitantes o implantan el copago sanitario? A lo mejor hay que hacerlo también, pero primero que el político se baje el sueldo, que se reduzca gastos innecesarios y no productivos, para posteriormente ajustar al resto de la sociedad.
En este tema soy muy crítico, me hace gracia leer artículos de opinión o noticias que hacen referencia a la necesidad de incrementar el gasto público en tiempos de crisis. ¿Pero cómo se va a financiar Cataluña, o Valencia, o Andalucía el déficit que generan anualmente si los bancos están asfixiados y no les pueden prestar, y el mercado les exige un tipo de interés por encima del 12%. Si los bonistas de los "bonos patrióticos" quieren vender ahora sus bonos, se darán cuenta que pierden más del 25% de su inversión. Deberían dedicarse a gastar solo lo que ingresan, que no puede ser muy complicado, todas las familias lo estamos haciendo a pesar de lo difícil que nos lo ponen.
Este fin de semana, leía en Internet que la España de las CCAA nos cuesta 90.000 millones al año. No se si es cierto, y me da igual, la conclusión que deben sacar aquellos que nos gobiernen es que España tiene muchos recursos, solo hace falta saber distribuirlos correctamente y adecuar el gasto a la nueva realidad económica y no adecuar los ingresos al despilfarro del pasado.