Renta 4 Activos Globales FI acaba 2022 con una rentabilidad de -6,3%. La rentabilidad acumulada en los últimos 10 años es de +43,8% que supone una rentabilidad anual de +4,4% y anualizada de +3,9%. La exposición a bolsa con la que terminamos el año es de 25,6%.
Lo más destacado del 2022 ha sido la vuelta de la inflación y la normalización de los tipos de interés. La elevada inflación con la que hemos convivido todo este 2022 ha provocado una revaluación de todo tipo de activos que ha generado el movimiento más abrupto de la renta fija desde los años ’70 con pérdidas en la mayoría de los plazos de inversión en activos de renta fija de entre el -7,7% en plazos de menos de 3 años, hasta pérdidas de -28,5% a plazos superiores a los 10 años; y un de-rating de las bolsas, especialmente en aquellos sectores más sensibles a los tipos de interés (tecnología, real estate y compañías de alto crecimiento)
Renta 4 Activos Globales FI tenía una duración en los activos de renta fija baja al iniciar 2022, inferior a los 3 años, y aun así, el 75% invertido en renta fija del fondo ha aportado una rentabilidad negativa de -3,2% en el año, que explica más de la mitad de la pérdida total del fondo en el año.
El 25% invertido en activos de renta variable ha drenado un -2,2% que compara razonablemente bien con la caída de -20% de la bolsa mundial, -19,4% de la bolsa estadounidense y de -12,9% de la bolsa europea.
Los activos que más y menos han aportado en el año a la rentabilidad de Renta 4 Activos Globales FI fueron:
En un año con grandes cambios macroeconómicos y con elevada volatilidad, éstos nos han permitido realizar muchos movimientos en la cartera de Renta 4 Activos Globales FI invirtiendo en bonos de alta calidad crediticia a tires muy atractivas como por ejemplo en bonos de Alemania, EEUU, Francia, España, Iberdrola, Amadeus, Nestlé, Apple, TotalEnergies, Visa o Danone. E invertir en acciones de compañías de altísima calidad a valoraciones que no veíamos desde hace muchos años como en Louis Vuitton, Nestlé, Adidas, Atlas Copco, Roche, ASML o Taiwán Semiconductors.
Comenzamos 2023 con una situación totalmente opuesta a 2022. Si en 2022 advertíamos de la dificultad para obtener rentabilidad positiva en unos mercados de renta variable caros y una renta fija en valoraciones de burbuja con un porcentaje elevado de emisiones de bonos a tires negativas. 2023 se plantea con muchas mejores perspectivas para los inversores conservadores y moderados. ¿Por qué?
- La renta fija ya está más que normalizada en los tipos de interés donde nos encontramos.
- La renta fija, sin asumir grandes riesgos, debería aportar entorno al +5% de rentabilidad en 2023.
- El punto de partida de la renta variable es razonable e incluso atractivo. Europa está a valoraciones históricamente baratas (12x PER vs. 14x histórico). Y EEUU está a valoraciones similares a las que ha cotizado a lo largo de su historia (16,4x PER vs. 16,6x).
- Las expectativas de crecimiento de los beneficios están muy contenidas en Europa donde no se espera que los beneficios sean más altos que en 2022 y en EEUU se espera crecimiento de +7%.
- La inflación es altamente probable que haya visto su pico y vea un retroceso rápido los próximos meses.
- El riesgo de recesión es más que conocido por la comunidad inversora y no sería una sorpresa.
Dicho esto, no estamos diciendo que vaya a ser un año tranquilo y con ausencia de riesgos y volatilidad, pero sí decimos que el punto de partida en términos de valoración y obtención de retornos son atractivos ya que, en un escenario negativo de crecimiento económico, la parte conservadora de los activos de inversión (bonos, depósitos, pagarés, letras, etc.) aportarán suficiente rentabilidad para amortiguar considerablemente los vaivenes de la parte invertida en renta variable. Y en caso de que no entremos en recesión, o que ésta sea moderada, la renta fija añadirá varios puntos de rentabilidad a la previsible revalorización de las bolsas.
La TIR de la cartera de renta fija de Renta 4 Activos Globales FI es de casi el 5%, con una duración media inferior a los 3 años, así, podemos hacer varios escenarios para saber cual es la rentabilidad que podemos esperar en 2023 con la cartera actual de renta fija y renta variable.
En el escenario positivo, la renta fija aportaría una rentabilidad del +4,96% sobre el 75% de la cartera invertida en renta fija, y las bolsas, evitando la recesión, se revalorizarían un +10% lo que nos aportaría un +2,5% al total de la cartera. En este escenario, la rentabilidad total del fondo en 2023 sería de +6,2%:
En el escenario negativo la renta fija seguiría aportando su TIR (+4,96%) y la renta variable corregiría un -10% lo que dejaría la rentabilidad aun en terreno positivo en +1,2%.
A nivel estructural, creemos que hemos pasado de un mundo de bajos tipos de interés y crecimientos económicos por encima de la media, a un mundo donde la obtención de rendimiento con los activos conservadores (renta fija) serán sólidos y más predecibles, y el crecimiento económico y empresarial será más moderado y selectivo. Lo que nos lleva a pensar que no hay necesidad de asumir grandes riesgos para obtener buenas rentabilidades con el patrimonio.
En definitiva, como comentábamos anteriormente, el punto de partida para un fondo global mixto defensivo como Renta 4 Activos Globales FI es mucho mejor que hace un año, no solo para el 2023, si no para un horizonte de inversión de medio y largo plazo, y somos optimistas con el binomio Rentabilidad / Riesgo para los próximos meses/años.
Javier Galán Parrado
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