
La rentabilidad desde lanzamiento del fondo (2007) es de un +61% lo que implica un 3,5% anualizado.
La mejora de expectativas de recuperación económica, con avances en la vacunación y estímulos fiscales adicionales, junto a mayores expectativas de inflación, explican un sentimiento favorable hacia los activos de riesgo, con buen comportamiento de la renta variable, frente a las caídas en activos como oro o bonos gubernamentales.
Geográficamente las perspectivas a corto plazo de la economía americana son superiores a la europea debido a una mayor rapidez en la vacunación de su población así como un mayor apoyo fiscal, una vez que se ha aprobado el plan de infraestructuras de Biden por importe de 2,25 trillones de dólares.
La renta variable global se ha revalorizado un 7,6% en el trimestre, atendiendo al MSCI ACWI en EUR (+3,4% en USD), con la mayor parte de las geografías en positivo. En Europa, el Eurostoxx 50 se ha revalorizado un 10,3%, mientras que el Ibex 35 cierra el trimestre con un 6,3%. En Estados Unidos, el S&P se ha revalorizado un +5,8% en moneda local.
Respecto a la Renta Fija, el primer trimestre del año se ha caracterizado por el movimiento al alza de la curva de tipos estadounidense en los tramos de mayor plazo. Como ilustración, la rentabilidad del bono estadounidense a 10 años se incrementó desde el 0,92% de cierre del año 2020 al 1,74% al cierre del pasado mes de marzo. Detrás de este incremento de la rentabilidad ofrecida por los bonos estadounidenses están las mejores perspectivas de crecimiento económico y cierto miedo a que se produzca un repunte de la inflación más allá de lo esperado.
La curva de tipos alemana también se vio arrastrada al alza en el trimestre, pero con un movimiento mucho más contenido y de apenas unas semanas de duración entre enero y febrero, debido tanto a las peores perspectivas económicas como a la intervención del Banco Central Europeo (BCE) en los mercados.
En renta fija privada los diferenciales de crédito (prima de riesgo del crédito frente a la deuda pública) se han seguido reduciendo, especialmente en los segmentos de mercado de más riesgo, y en línea con el movimiento de subida de los índices de renta variable.
En los mercados de materias primas, el precio del crudo (Brent) continúa la recuperación, con subidas en el trimestre del 22% hasta 63 USD/b. El precio de otras materias primas como el cobre (+22%) o el aluminio (+11%) también han recogido positivamente el escenario de recuperación económica. La excepción se encuentra en el oro (-10%) y la plata (-8%), que en el 2020 tuvieron un buen comportamiento actuando como activo refugio. Por lo que respecta al mercado de divisas, el euro se ha depreciado un 4% frente al dólar (a 1,172 USD/EUR) y un 5% frente a la libra (a 0,852 GBP/EUR).
En el fondo, este mes nos ha favorecido las inversiones tanto de renta fija como de renta variable. En concreto, destacan los bonos perpetuos de Volkswagen y Santander UK así como las acciones de Unibail. En el lado negativo, mencionar las coberturas de divisas, ETF de plata y bono convertible de Takeaway.
Este mes hemos hecho algunos cambios menores en la composición de la cartera de renta fija y renta variable, pero mantenemos una exposición a bolsa del 5% y a renta fija corporativa del 70% del patrimonio.
De cara al segundo trimestre, no esperamos grandes cambios en la cartera. Si hubiese una mayor subida de las rentabilidades en USA, podríamos aprovechar a empezar a invertir en algunas referencias con algo de duración (de momento, nuestras inversiones en USA son en bonos flotantes). Y en cambio, sí que es esperable bajar un poco nuestras inversiones en renta fija corporativa europea, cuyo mercado en líneas generales nos sigue pareciendo poco atractivo. Un nivel del 5% del patrimonio invertido en renta variable nos parece adecuado en el momento actual.
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Miguel Jiménez Sierra
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