
La rentabilidad a 3, 5 y 10 años es de:
A 3 años: +32,9% (+10% anualizado)
A 5 años: +29,4% (+5,3% anualizado)
A 10 años: +84,9% (+6,34% anualizado)
Las acciones que más han aportado en lo que llevamos de año son: Airbus, Siemens Gamesa, Ferrovial, Iberdrola, Aena, CCEP y Applus, con revalorizaciones entre el 23% y el 50%. Las compañías que peor comportamiento han tenido han sido: Indra, Ence, Bankinter, ArcelorMittal, Logista y Prosegur.
En el primer semestre del año destaca las incorporaciones a la cartera de Renta 4 Bolsa FI de Ence, Solaria, Elecnor, FCC, Grifols, Colonial y MasMovil. También destaca la venta total o parcial de otras compañías donde hemos ido reduciendo como en Telefónica, Iberdrola, Red Eléctrica, Siemens Gamesa, Inditex, ACS y BBVA.
Después de la fuerte corrección de mayo, los activos de riesgo recuperaron todas las pérdidas rápidamente en el mes de junio. Es muy llamativo que en comparación con el año pasado en donde la mayoría de los activos sufrieron pérdidas, en este primer semestre de 2019, la mayoría de los activos obtuvieron rendimiento positivo.
El nuevo discurso de los bancos centrales ha alimentado la nueva subida de los precios de los bonos globales y también de las bolsas. Los mercados han retornado a un régimen de "malas noticias son buenas noticias" y la brecha entre los activos de riesgo y los bonos (o los activos seguros en general, como el oro y el yen) se ha ampliado aún más. El liderazgo dentro de los activos de riesgo ha sido defensivo, así, sectores defensivos como Alimentación y Bebidas y Productos del Hogar son los sectores junto al tecnológico, que más suben en el primer semestre de 2019. Como resultado, tanto las acciones como los bonos se recuperaron y tuvieron uno de sus mejores comienzos del año desde los años 80. Esto no es inusual después de cambios de política monetaria moderados, por ejemplo, cuando la Fed comenzó a recortar las tasas de interés en 1989, 1995 y 1998 fueron años de fuertes revalorizaciones tanto para acciones como bonos.
La clave para los próximos meses es el comportamiento de la economía. Si la actuación de los bancos centrales evita la recesión, se alargará el ciclo económico expansivo actual y los mercados mantendrán/ampliarán el positivo comportamiento actual. Si por el contrario, las políticas monetarias acomodaticias no consiguen driblar la recesión en los próximos 12 meses, los mercados volverán a corregir las importantes revalorizaciones de los últimos 6 meses.
En el gráfico inferior se muestra con claridad cuál es el comportamiento del S&P 500 en ambos casos:

En los últimos 6 ciclos de bajada de tipos, los mercados subieron 1 mes antes y después del primer recorte. A partir de entonces las cosas se vuelven un poco binarias. Los ciclos de recorte de la Fed que ayudaron a evitar la recesión, como los de 1984, 1995 y 1998, hicieron que los mercados subiesen en promedio un +38% durante los 18 meses posteriores. Sin embargo, los ciclos de recorte de la Fed que no impidieron las recesiones, como 1989, 2001 y 2007, hicieron que los mercados cayeran un -26%.
¿Recorte recesivo o no recesivo? 6 factores que han ayudado a diferenciar en el pasado.
Los recortes de la Fed que no pudieron compensar las recesiones fueron generalmente demasiado tarde. Encontramos seis factores que ayudaron a determinar este riesgo en el pasado:
1) curvas de rendimiento planas a lo largo de los vencimientos
2) moneda importante colapsando
3) indicadores principales deteriorándose
4) condiciones financieras restrictivas
5) deterioro de la disponibilidad de crédito
6) más del 50% de los indicadores del mercado bajista que se vuelven preocupantes (prima de riesgo, inversión de la curva de tipos, permisos de construcción de vivienda, peticiones de desempleo, crecimiento costes salariales, condiciones financieras, exceso de liquidez, exceso de optimismo, exceso de exposición a activos de riesgo, etc
Muy similar a los ciclos no recesivos como 1984, 1995 y 1998, encontramos que ninguno de estos factores parece particularmente preocupante en la actualidad, por lo que las bajadas de tipos parecen que deberían ser favorable para las bolsas.
En cualquier caso, a los niveles que estamos de valoración actualmente (especialmente en Estados Unidos), creemos que los mercados son vulnerables a decepciones de la política monetaria y decepciones de crecimiento, por lo que la volatilidad es difícil que se mantenga tan baja como actualmente y los datos macroeconómicos serán, una vez más, los que guíen el comportamiento de los mercados. Ante este escenario, la calidad de las empresas en cartera debe ser aún mayor que habitualmente. Creemos que el equilibrio actual entre las empresas de alta calidad y las empresas que están muy baratas, nos aportan la tranquilidad necesaria para afrontar el periodo actual de los mercados.
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Javier Galán Parrado
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