
Renta 4 Bolsa FI obtiene una rentabilidad de +1,9% en agosto lo que deja la rentabilidad en lo que llevamos de año en -21,7% vs. -27% de la bolsa española. A más largo plazo, Renta 4 Bolsa FI obtiene retornos más acordes con la rentabilidad que se le supone a la renta variable, así, a pesar de que el Ibex 35 ha retrocedido un -31% en los últimos 10 años y si incluimos el dividendo apenas tiene una revalorización de +0,12%, Renta 4 Bolsa FI ha sabido capear el temporal de una manera muy satisfactoria en nuestra opinión, aportando a los partícipes rentabilidades de casi el +40% que suponen un +3,5% anualizado.

La bolsa española sigue quedándose muy atrás frente a la recuperación del resto de índices en 2020. Los motivos están en la composición del índice fundamentalmente. En la siguiente tabla de Bloomberg se observa los movimientos de los componentes del Ibex 35 en 2020 y como se puede observar, el sector bancario, Telefónica, Repsol, Amadeus e Inditex, son los principales causantes del tan mal comportamiento. Solo el sector eléctrico, junto a Cellnex y Viscofan consiguen amortiguar parcialmente la caída.
Tampoco hay ninguna duda que la falta de peso en sectores como el de tecnología y salud, están lastrando también nuestro índice.

En cualquier caso, aunque la composición del índice español está claro que está fuera de las principales tendencias de crecimiento futuro, también es evidente que parece poco razonable que la valoración del Santander sea de tan solo 30bn, o Repsol solo 10bn o Telefónica solo 17bn. El mercado volverá a dar una valoración razonable a los activos españoles el día menos pensado y mientras tanto debemos tener paciencia.
Si echamos un vistazo a las rentabilidades históricas, el Ibex fue el mejor índice desde 1992 hasta el 2012, año en el que la bolsa norteamericana le superó en rentabilidad. A partir del 2012 y coincidiendo con la dura recesión española, el desplome de los tipos de interés y el desplome del sector financiero, inmobiliario, construcción y de telecomunicaciones, la renta variable española lo ha estado haciendo mucho peor que la renta variable global, aun así, la rentabilidad de largo plazo de la bolsa española ha aportado una rentabilidad total de +544% los últimos 30 años que supone casi un 7% anualizado que no es para nada despreciable ya que el MSCI World (que incluye EEUU) apenas bate al índice español en un +0,5% anual.

Como llevamos comentando desde el principio de la crisis, las valoraciones de las empresas no cambian prácticamente nada por un año de beneficios deprimidos, lo importante es filtrar entre las empresas con disrupciones estructurales, las que van a seguir creciendo y las que no volverán a obtener los mismos beneficios nunca más. En este sentido, las bolsas en marzo parecían descontar beneficios deprimidos durante muchos años y ahora el mercado quiere descontar una "nueva normalidad" quizás de una manera demasiado rápida y optimista según qué sectores.
La recuperación no ha sido igual en todos los sectores. Mientras que los sectores de tecnología están por encima de los máximos previos, y los sectores de salud, consumo estable, retail, industrial y materias primas ha recuperado toda la caída de marzo, los sectores bancarios, asegurador, petróleo o viajes & ocio están muy por debajo de los niveles previos a la crisis del coronavirus.
Hay un hecho relevante en el desarrollo de la crisis, las ventas minoristas ya están creciendo interanualmente, mientras que la producción industrial se ha quedado rezagada. Esto podría deberse a la reducción de inventarios dada la incertidumbre económica y las fricciones en la cadena de suministro provocadas por el Covid-19. Si es así, pronto se iniciará un ciclo de reposición de inventarios por lo que es probable que la producción industrial se recupere enérgicamente en el segundo semestre de 2020 (con el permiso de un potencial segundo confinamiento masivo por culpa de un virtual deterioro fuerte del desarrollo de la pandemia).
El culpable del crash bursátil y la mayor caída del crecimiento trimestral de la historia ha sido un virus, respondido vehementemente por políticas sin precedentes tanto monetarias como fiscales que han provocado la mayor inyección de liquidez de la historia. La recuperación creemos que seguirá su ciclo los próximos meses al no ser que volvamos a tener otro cierre social con medidas de confinamiento masivo global como en marzo y abril.
En cualquier caso, parece evidente que la pandemia del COVID-19, mantendrá muchos cambios de comportamiento que fueron forzados a la sociedad por el distanciamiento social. Las personas que se han acostumbrado a trabajar desde casa, comprar on-line y usar Internet para socializarse continuarán haciéndolo, y eso marca un antes y un después. La sociedad va a ser diferente a la que teníamos antes.
En medio de un gran cambio estructural, es más fácil identificar a los perdedores y a los ganadores. Es probable que los mayores perdedores sean: partes del sector inmobiliario (centros comerciales, retail y oficinas fundamentalmente) y la industria de viajes especialmente en los viajes de negocios. En cuanto a los ganadores: el sector salud y el sector de la tecnología de la información son los evidentes vencedores en el mundo post-covid.
En este sentido, nuestra cartera de acciones tienen exposición a estas dos mega-tendencias evidentes a través de Almirall, Rovi, Grifols, Amadeus, Indra o Dominion, pero mantenemos exposición a empresas que se van a ver muy beneficiadas por la vuelta a la normalidad (aunque ésta sea considerada "nueva normalidad") que se avecina con empresas como: Repsol, Amadeus, Inditex, Ferrovial, Applus, Coca Cola European Partners, Acerinox, ArcelorMittal, Airbus, CIE Automotive o AENA. Hay sectores/empresas que solo pueden justificar su valoración actual por una extrapolación de la situación deprimida extraordinaria actual al futuro, y estamos convencidos de que cuando veamos la salida definitiva a la crisis del coronavirus, muchas compañías que están tan baratas y deprimidas van a sorprender al mercado con revalorizaciones superiores al 100%-200% en muchos casos.
Por este motivo creemos que la mejor manera de obtener rentabilidad futura, asumiendo el menor riesgo tiene que venir de la mano de conjugar y equilibrar nuestras dos filosofías de inversión (Quality Investing & Value Investing), porque como ya ha ocurrido en el pasado, concentrar la cartera de renta variable en solo unas pocas temáticas o sectores dan lugar a frustraciones futuras cuando no se obtiene la rentabilidad esperada. En algún momento de los próximos meses, habrá una rotación sorprendente desde los sectores ganadores a los sectores menos beneficiados por la situación actual y no queremos perdernos la obtención de esa rentabilidad extra que creemos nos está permitiendo actualmente el mercado con la valoración que hace de algunos negocios.
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Javier Galán Parrado
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