
Renta 4 Activos Globales FI alcanza un nuevo máximo histórico a cierre de noviembre revalorizándose un +5,4% en el mes y dejando la rentabilidad en lo que llevamos de año en +0,80%. Los mercados en noviembre han vivido una convulsión optimista tras presentar resultados positivos las vacunas de Pfizer, Moderna y Astrazeneca y ver con mayor claridad que en algún momento de 2021 volveremos a la normalidad. Las bolsas europeas y especialmente la española han sido los mercados que mejor se han comportado subiendo el Ibex 35 un +25,2%, Europa un +18,1% y EEUU un +10,8% en noviembre. A pesar de la subida de noviembre, solo el mercado estadounidense presenta rentabilidades positivas en el año mientras que España y Europa mantienen correcciones de entre el -15,4% y -6,7% respectivamente.
Las rentabilidades de Renta 4 Activos Globales FI a mayores plazos son muy atractivas, en nuestra opinión, para un fondo mixto defensivo, obteniendo un +20,4% a 5 años y +46,8% a 10 años (+4% anualizado).

Los movimientos más importantes durante el mes han sido la salida de Danone de la cartera de acciones del fondo y la entrada en Visa. Esperamos que se mantenga e incluso se acelere el crecimiento del uso de las tarjetas en el consumo y que la penetración del pago electrónico mantenga su senda de crecimiento. El posicionamiento dominante que tienen en EEUU, Europa y Latinoamérica nos hacen presagiar el mantenimiento de las tendencias sobre el menor uso de efectivo y mayor porcentaje de pagos con tarjetas los próximos años.
2020 ha sido un año de ciencia ficción. La enorme caída de febrero y marzo debido a la bajísima visibilidad que teníamos sobre las repercusiones de la pandemia, hizo que viviésemos las semanas de mayores correcciones de la historia. A partir de abril empezamos a conocer mejor cuales eran los efectos que iban a tener en la economía y en los diferentes sectores, y el mercado ha tenido una recuperación que está adelantando la recuperación económica que veremos en 2021. La velocidad de la caída del primer trimestre del 2020 fue comprensible dada la casi completa paralización de la actividad económica experimentada, mientras que el fuerte rebote de los mercados se debe en gran medida a la naturaleza inusual de la recesión y la monumental escala del apoyo de las políticas monetarias y fiscales a nivel global.
El crash de marzo del 2020 es evidente que ha sido causado por el Covid-19, sin él no hubiese acaecido. En general, las caídas de los mercados provocados por eventos externos (crisis del petróleo, el lunes negro de 1987, la caída de la libra del Mecanismo de Tipos de Cambio europeo en 1992, la crisis asiática de 1997 o los ataques terroristas en septiembre de 2001), acaban con recuperaciones muy rápidas también de los mercados en los meses siguientes. Por tanto, se puede concluir que la velocidad de la caída y la posterior recuperación vivida en 2020 no es nada inusual en términos históricos.
Creemos que 2021 va a ser el año de la recuperación mundial del PIB. Los tipos de interés permanecerán bajos, aunque deberían repuntar un poco dada la recuperación del PIB y de la inflación esperada. Va a ser interesante observar que hacen en estos próximos meses los inversores globales mixtos cuando se vean en la tesitura de dónde invertir el patrimonio gestionado ya que los tipos están en 0% y las bolsas han recuperado casi totalmente el crash de marzo. La realidad es que casi el 90% de las compañías europeas y 60% de las compañías estadounidenses pagan un dividendo mayor que sus propias emisiones de bonos, que sería de casi el 100% y 80% respectivamente si lo medimos por el Free Cash Flow yield.
La fuerte subida de los mercados financieros desde los mínimos de marzo está impulsada por la esperanza de que el crecimiento macroeconómico y los beneficios empresariales se recuperarán en los próximos meses. La realidad es que los beneficios van a caer entre un -25% y un -35% en EEUU y Europa respectivamente, por lo que la recuperación de las bolsas ha provocado que aparentemente las bolsas están muy caras. Sin embargo, el crecimiento del PIB y de los beneficios de 2021 esperamos que compense casi totalmente la pérdida de 2020, lo que significaría crecimientos de los beneficios superiores a +30% y +40%, y abaratará considerablemente las valoraciones de los mercados en la actualidad. Tampoco es inusual este escenario, en las fases de esperanza y rebote de las bolsas, los mercados se encarecen y posteriormente los beneficios mejoran a mayor velocidad que las cotizaciones. Ese es el escenario central para 2021, fuerte rebote de los beneficios, acompañados parcialmente por revalorizaciones de las bolsas.
La vuelta a la normalidad o una situación al menos más cercana a la normalidad, está impulsando a las compañías inmersas en disrupciones acuciantes, más cíclicas o más expuestas a los efectos negativos de la pandemia, lo que está provocando una rotación más o menos intensa desde sectores en crecimiento e incluso favorecidos por la situación de semi-confinamiento de una gran parte de la sociedad occidental, hacia los sectores más penalizados y con esperanzas de recuperar gran parte de los ingresos perdidos en 2020. En nuestra opinión, las empresas inmersas en crecimiento secular de sus negocios, mantendrán su atractivo, pero hemos de reconocer que hay muchos sectores (financieras, turismo, petroleras, industria, automóviles, etc.) que deberían seguir recuperando el tremendo varapalo recibido en 2020 tanto en términos de cotización y valoración como en términos de beneficio y generación de caja, lo que genera una situación muy potente para los mercados en el corto plazo.
La reducción de los riesgos por las vacunas y debilitamiento de la pandemia debería provocar el mantenimiento de la inercia positiva de los negocios y sectores más perjudicados por la peor pandemia en 100 años, que debería favorecer a aquellos mercados con mayor exposición a estos sectores (Europa y Latinoamérica principalmente)
La vuelta a cierta normalidad, unido al mantenimiento de los estímulos monetarios y fiscales, son suficiente motivo para esperar una reparación económica, ascenso de los beneficios y un buen comportamiento de los mercados en los próximos meses que se extienda a todo el 2021 en nuestra opinión, aunque la todavía baja visibilidad hacen presagiar un año con una volatilidad obviamente menor que la de 2020 pero elevada todavía. Debemos emplear el análisis empresarial de manera audaz ya que no todas las empresas recuperarán desde el mismo punto de partida. Nos dimos cuenta muy pronto que la crisis del 2020 iba a dejar vencedores y vencidos. Hay empresas/sectores que les están cayendo mucho las ventas pero que su estructura de costes y márgenes les permite no incrementar el endeudamiento, otros sectores como el de turismo o el financiero van a salir más debilitados de la crisis (o con más deuda o con más número de acciones), y otros sectores como el de salud y el tecnológico, saldrán fortalecidos.
Creemos que el éxito de la gestión a largo plazo radica en utilizar la diversificación como arma de prudencia y robustez, y el análisis y selección de empresas en cartera como elemento diferenciador. La cartera de Renta 4 Activos Globales FI está cada vez más globalizada, y distribuye la cartera entre empresas con crecimientos seculares e inmersos en mega-tendencias que van a seguir creciendo saludable y visiblemente los próximos años (Sanofi, amazon, Google, Microsoft, Reckitt Benckiser, Tencent, Applied Materials, Unilever, Novartis, Facebook, Visa o Deutsche Post DHL), con otras empresas más afectadas por la pandemia con mucho potencial de recuperación (Total, ABInbev, Airbus, Repsol, Glencore, Boston Scientific, Ferrovial, Fresenius o Lanxess).
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Javier Galán Parrado
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